Cuenta la leyenda que un Noble muy rico cazaba en un viernes santo acompañado de un grupo de ruidosos perros, y a lo lejos pudo observar un ciervo y cuando se disponía a disparar vio dibujado en su cornamenta la imagen de la cruz de Jesucristo y desde entonces se retiró de su vida disipada para dedicar su fortuna a buenas obras. Desde entonces se acostumbró regalar a los nobles, el mejor ejemplar de sus amados perros. Actualmente la tradición se continúa, pero ahora se realiza un servicio religioso y se da la bendición a los ejemplares, continuándose con la exposición de la raza en la Comunidad de San Huberto Bélgica. Después la raza fue introducida en los Estados Unidos donde una de sus misiones fue la de buscar y dar caza a los esclavos fugitivos. Durante muchos años el reconocimiento por parte de un Bloodhound era considerada prueba incriminatoria por los juzgados estadounidenses. Son perros de gran tamaño y fortaleza, aunque ágiles. Su cuerpo es más largo que alto. Las arrugas en la cabeza y su papada son quizás uno de los rasgos más característicos, junto con la longitud de sus orejas colgantes. Los colores admitidos son el negro y fuego, marrón y fuego y el rojo en sus distintas tonalidades. El sabueso de San Huberto es el perro con el olfato más fino del planeta. Se ha documentado que son capaces de seguir un rastro de hasta quince días, a causa de la enorme sensibilidad de su olfato, causada por los pliegues internos de sus fosas nasales. Por esa razón se usa como perro policía en labores de rastreo. Algunos autores no recomiendan esta raza como mascota. Sin embargo, es muy cariñoso con su dueño. Usualmente de carácter algo tímido, no debe ser regañado de forma brusca. Se recomienda que siempre que se saque de casa sea llevado con una correa ya que en el caso de que sus instintos se despierten, en su persecución no hay quien logre detenerlo. De 10 a 12 años.
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